Buenas noches!!!! Ya sabéis que lo prometido es deuda y como os dije en el post anterior, os traigo aquí la tercera parte de mi experiencia cuidando a Lalo -la última tanda de tres días- y sin más que adelantaros, me pongo con ello 😉
Jueves 08/09: Según escucharon mis oídos ayer, hoy es el último día que el calor va a hacer la vida imposible; así que -espero- hoy será el último día que me voy a levantar sudando la maldita gota gorda. Nada más levantarme, me he duchado con agua hiper-mega-fría, preparé un desayuno rápido y me fui a darle su desayuno a Lalo; mientras él comía, yo regaba las plantas y preparaba las cosas para irnos a dar nuestro paseo de buenos días al parque… por muy raro que parezca, hoy el calor se me ha hecho algo llevadero y no lo he pasado tan mal como hace unos días, así que el paseo ha sido muy tranquilizante; cuando subimos, me he puesto a hacerle fotos y vídeos -éstos últimos en cámara lenta- para añadirlos a mi pequeña colección especial sobre Lalo ???? y así, hacerle saber a su dueño que su pequeño Beagle está bien; tras pasar unas horas, regresé a casa para comer y dedicarme a mis asuntos personales hasta bien caída la noche, que me iba con mi hermano a sacar a mi perro para que hiciera sus cosas básicas y después volvía para darle su cena a mi amiguito y dar nuestro paseo de buenas noches… que, a comparación de ayer y antes de ayer, corría mucho fresquito y daba gustazo salir a la calle -creo que hasta Lalo disfrutaba del aire fresco-; en cuanto mi especial cuadrúpedo terminó con sus asuntos caninos, subimos a jugar un ratito y, como siempre, antes de irme, le di su cepillo de dientes acompañado de mi beso de buenas noches que se lo llevaba dando desde que vine a verlo el viernes que mi amigo y su familia se fueron.
Viernes 09/09: Se cumple una semana desde que empezó esta gran aventura y la verdad que más contento no puedo estar. Como aún sigo de vacaciones, siempre aprovecho los viernes para limpiar mi casa y tener el fin de semana libre; con lo cual, el tiempo que estoy con Lalo es corto. Eso no quiere decir que no cumpla con mi responsabilidad de desayunarlo y pasearlo; simplemente lo hacemos un poquito más agilizado… excepto el regar las plantas, que me tomo mi tiempo para regarlas, pues una mala jugada y me las podría cargar y es algo que no deseo que pase 🙂 Una vez finalicé mis labores con Lalo, me retiré a mi casa a dedicarme a mis asuntos caseros para tener el fin de semana libre… como sé que Lalo tiene otras niñeras, no me preocupo porque vaya a estar solo, porque tiene buena compañía 😀 Al caer la noche, después de pasear a mi perro, me volví a ver con mi amigo cuadrúpedo para pasar un rato juntos, mientras cenaba, yo dejaba todo listo para irnos a pasear y disfrutar del aire fresquito que ya empieza a correr -y oye, sí que está fresco-, Lalo y yo nos sentíamos tan a gusto que, al menos yo, todavía no me quería subir porque me sentía tan fresco que me quería quedar un rato más; pero mi estómago me pedía comida y eso me indicaba que ya era hora de terminar el paseo 😥 Entonces nos subimos, me quedé un rato más jugando con él y me despedí con su besito de buenas noches y mordisqueando su cepillo de dientes.
Sábado 10/09: Casi después de un año, mi cuerpo me pide ir al teatro y sí, hoy me voy al teatro… concretamente a La Latina para ver «La Asamblea De Las Mujeres» de Aristófanes, y la verdad me hallo muy expectante de ver con qué me sorprenderá la obra… pero mientras tengo que esperar a que lleguen las 20:00 horas -hora de la función-, me voy a pasar el día con Lalo. No ha habido ni un solo día en que mi chiquitín me haya recibido con ese meneo de cola tan enérgico y con sus lametazos tan amorosos que dan cosquillas y hacen que me derrita ???? Una vez le he dado su desayuno, lo dejo comer mientras yo riego las plantas y alisto nuestras cosas para irnos a dar nuestro paseo de las mañanas… cuando estábamos en el parque, no sé si sea casualidad o buena suerte, ni Lalo ni los perros que circulaban por ahí montaron jaleo; hasta que apareció el mismo perro -no me preguntéis de qué raza era porque no lo sé, soy muy malo para reconocer razas. Salvo casos excepcionales- del sábado pasado con el que Lalo se puso a ladrar y fue cuando la paz que reinaba en el ambiente se esfumó; afortunadamente actué a tiempo -incluso hablándole en italiano- y conseguí que mi peque se relajara y no pegó ningún ladrido, sólo gruñidos de advertencia. En casa, mientras Lalo se entretenía carcomiendo su hueso de mentira, yo actualizaba mi diario a la vez que me ponía al día con una buena amiga de la escuela de adultos con la que sigo manteniendo contacto y que, como ya sabéis, ha sido madre, de nuevo, a finales de julio. Lo quisiera o no, hablando con ella y escribiendo, el día se me pasó rápido y a las 15:00 me retiré a casa para comer y arreglarme para irme al teatro. Una vez en el teatro, lo único que os voy a decir es que la función ha sido una pasada -no haré review de esto, pues para eso la tenéis que ir a ver. Mañana es la última función!!- y su final, ESPLÉNDIDO. Si alguna vez habéis ido al teatro, sabéis que los móviles o se deben silenciar o apagar… yo decidí ponerlo en modo avión para no tener que apagarlo; cuando llegué a Torrejón, me volví a conectar con el mundo y me di con la sorpresa de que ya le habían dado de cenar a mi chiquitín; aun así, fui para hacerle su visita de buenas noches y pasearlo para que se quede cansadito y duerma bien. Cuando se aburrió de pasear, solito emprendió su camino a casa y yo lo seguí; cuando llegamos, le di su besito de buenas noches y me retiré a casa.
Y hasta aquí llega mi última tanda de tres días de esta semana cuidando a Lalo; en el próximo post os contaré mis dos último días de esta asombrosa aventura con mi ya mejor amigo. Sin más que contaros, Lalo y yo nos despedimos de vosotros y…
NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO POST!!! 😉